miércoles, 26 de agosto de 2015

En el Morado, Andes Centrales.





A finales de Abril, Pablo Miranda y quien escribe, dejamos Santiago con la idea de idea de concretar un proyecto que daba vueltas en mi cabeza hace bastante tiempo. Nuestro sueño era escalar el filo Noreste del Morado (4674mts.). Un filo un poco alejado y casi olvidado en las laderas de esta bella montaña. Todo comenzó con algunos mails de Pablo para hacer coincidir las fechas y acordar un objetivo común, Es así como el 24 de Abril nos juntamos en la mañana y luego de arrendar un pequeño auto, nos dirigimos al Cajón del Maipo. Una cuantas horas nos pondrían al final del camino, últimos arreglos y selección de nuestro equipo y nos pusimos a caminar. Nuestra idea era encarar el filo el mismo dia, llegar lo mas alto posible durante la jornada, vivaquear y continuar al siguiente dia. La aproximación se nos hizo mas larga de lo que pensábamos, pero una vez que logramos llegar a la base de la montaña nos alegro el comienzo de la escalada, la primera sección la afrontamos desencordados por terrenos de cuarto y quinto grado menor, ya al atardecer encaramos una pequeña sección de nieve-hielo bastante duro de algo así como 45-50 grados. Esto marcaba para nosotros el fin de la primera jornada. Una pequeña plataforma nos albergaría por la fría noche, un solo saco de dormir y una colchoneta nos ayudo a pasar la noche, y ya al amanecer del nuevo dia comenzábamos el nuevo dia. Nos encordamos debido a que el terreno en esta sección el terreno se ponía mas vertical en cortas secciones. Durante la mañana ganamos elevación rápidamente, hasta llegar a una sección que nos obligo a buscar con  mayor detalle un paso a una muralla bastante vertical, Pablo afronto esta sección a través de una pequeña travesía bastante expuesta y aérea para luego regresar al filo, unas pocas horas mas en terreno mas amigable y ya nos encontrábamos en la cumbre. Fotos, abrazos y a bajar se a dicho. Al ser nuestra primera ves en la montaña, nuestro descenso por la ruta normal se hizo confuso y nos tomo mas tiempo de lo esperado, lo cual nos obligo a un segundo vivac a los pies del glaciar. Al siguiente dia, ya pudimos retomar nuestro descenso y ya a las 12 del dia nos encontrábamos camino a Santiago con la satisfacción del objetivo logrado.





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