A finales de Abril, Pablo Miranda y quien escribe, dejamos
Santiago con la idea de idea de concretar un proyecto que daba vueltas en mi
cabeza hace bastante tiempo. Nuestro sueño era escalar el filo Noreste del
Morado (4674mts.). Un filo un poco alejado y casi olvidado en las laderas de
esta bella montaña. Todo comenzó con algunos mails de Pablo para hacer
coincidir las fechas y acordar un objetivo común, Es así como el 24 de Abril
nos juntamos en la mañana y luego de arrendar un pequeño auto, nos dirigimos al
Cajón del Maipo. Una cuantas horas nos pondrían al final del camino, últimos
arreglos y selección de nuestro equipo y nos pusimos a caminar. Nuestra idea
era encarar el filo el mismo dia, llegar lo mas alto posible durante la
jornada, vivaquear y continuar al siguiente dia. La aproximación se nos hizo
mas larga de lo que pensábamos, pero una vez que logramos llegar a la base de
la montaña nos alegro el comienzo de la escalada, la primera sección la
afrontamos desencordados por terrenos de cuarto y quinto grado menor, ya al
atardecer encaramos una pequeña sección de nieve-hielo bastante duro de algo así
como 45-50 grados. Esto marcaba para nosotros el fin de la primera jornada. Una
pequeña plataforma nos albergaría por la fría noche, un solo saco de dormir y
una colchoneta nos ayudo a pasar la noche, y ya al amanecer del nuevo dia comenzábamos
el nuevo dia. Nos encordamos debido a que el terreno en esta sección el terreno
se ponía mas vertical en cortas secciones. Durante la mañana ganamos elevación rápidamente,
hasta llegar a una sección que nos obligo a buscar con mayor detalle un paso a una muralla
bastante vertical, Pablo afronto esta sección a través de una pequeña travesía
bastante expuesta y aérea para luego regresar al filo, unas pocas horas mas en
terreno mas amigable y ya nos encontrábamos en la cumbre. Fotos, abrazos y a bajar
se a dicho. Al ser nuestra primera ves en la montaña, nuestro descenso por la
ruta normal se hizo confuso y nos tomo mas tiempo de lo esperado, lo cual nos
obligo a un segundo vivac a los pies del glaciar. Al siguiente dia, ya pudimos
retomar nuestro descenso y ya a las 12 del dia nos encontrábamos camino a
Santiago con la satisfacción del objetivo logrado.
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