martes, 10 de marzo de 2015

Cerro Palo y el Palo al Gato

Izquierda Cerro Palo
        Ahora si, luego de una fallida y rápida visita al Cerro Palo en 2011 con Marcelo Mascareño. Finalmente este año 2015 se alinearon las estrellas para darle otro pegue y finalizar con éxito el viaje.

En la Cumbre
         La historia comienza así, luego de salir de terreno (1 mes de expedición con NOLS). Mi carácter obsesivo por las montañas me llevo a quedarme unas semanas extras en el sur con el fin de realizar algunos proyectos personales. Asados y conversaciones de pasillo finalmente desembocaron en la idea de un viaje al norte de Coyhaique al cerro Picacho, la idea era simple, nos juntamos mañana en la mañana, conversamos de logística, compramos comida y preparamos el equipo. Bueno, y así fue, reunión en la mañana, comenzamos a conversar de la logística hasta que de un rincón de mi dañado cerebro se expulsa la idea transformada en palabra "y si vamos al cerro Palo?", Martín Y José Luis me quedan mirando y sin mucho tiempo para pensar confirmaron la idea moviendo la cabeza. Después de eso la historia es simple. Logística, conducción desde Coyhaique hasta Villa Cerro Castillo y de ahí al acceso de lo que seria la caminata de aproximación. Sorpresa al inicio de la caminata, viejos amigos que se cruzan en el camino de forma inesperada y un tanto mágica (bueno, eso es otra historia). Unas pocas horas de caminata nos ponen en lo que seria nuestro punto de descanso por la noche. A comer, conversar de la vida y a dormir.
Comenzando en el glaciar

Bloques sueltos?
El reloj suena a las 4 de la mañana? si, eso creo, pero a veces la memoria me falla. Caminamos hacia el portezuelo del Cerro Palo, atravesando slabs de roca hasta montarnos al glaciar. Portezuelo, Mate, comida y búsqueda de lo que seria el inicio de nuestra ruta. Plan de equipo de como nos repartiríamos los largos (los planes nunca son como uno los piensa). y a comenzar se a dicho. Los primeros tres largos me corresponden a mi, 4 grado con algunas pasadas de 5to (dedicado a ti Martín), el problema, millones de peligros objetivos llamados piedras, así que no quedo otra que escalar como caminando en cascaras de huevo, con mucho cuidado. tercer largo y una repisa a la derecha me llama a salir (debería haber seguido hacia arriba), ahí encuentro un cordin de rapel que me hace suponer que por ahí va la vía, aseguro a mis compañeros, nos reunimos en una terraza megagigante, comemos y nos preparamos para lo que viene. Entre rocas, encontramos un sobre de jugos Royal ( de los años 80?), suponemos que corresponde a los escaladores de Nueva Zelanda que hicieron la primera ascensión. Todo suena inspirador, un día de sol y sin viento, y hasta ahora seguimos en lo que nos parece la ruta. José Luis comienza su primer largo, la salida no es muy evidente y con algunos movimientos por aquí y por allá logra quedarse pegado a la pared. Algunos movimientos mas lo ponen casi al final del largo, pero no sin antes regalarle un poco de adrenalina. Movimiento entre bloques y con un poquito de extra plomo, pero lo suficiente para hacerlo interesante. Unos minutos mas, y ya se encuentra asegurándonos desde otra pequeña terraza. Nos reunimos y al mirar lo que arriba de nosotros, decidimos hacer una pequeña travesía hacia la izquierda hasta llegar a terrenos mas amigables. Turno de Martín para esta pequeña travesía y volvemos a lo que nos parece una mejor alternativa. Sigo yo con un Largo mas por terreno suelto y 

Basura historica
nuevamente una terraza que nos espera para darnos mas libertad. Martín encabeza el siguiente largo, con habilidad y rapidez supera la primera parte, y decide continuar hasta el final de la cuerda. Arma una reunión y nos asegura. Y aquí estamos, frente a un pequeño muro, que al parecer nos brinda las ultimas dificultades antes de llegar al filo cumbrero. Agua (que no queda mucha), comida y alegría de como marchan las cosas. Martín se prepara para lo que parece nuestro ultimo desafió y comienza a escalar, piruetas por aquí, piruetas por allá y entre algunas colgadas en los seguros y movimientos en la roca decide bajar y dar la posibilidad a otro. Me preparo, sigo los pasos de Martín ( que ganas de haber tenido un Camalot 4, nos hubiese simplificado la vida). Pasos hacia la izquierda, colgadas en algunos 
Rapel de descenso
seguros y finalmente logramos pasar la parte mas engorrosa de esta pequeña pared. Con alegría armo una reunión y los aseguro. Rápidamente mis amigos se suman a mi para disfrutar de la vista alrededor. Nos preparamos y José Luis toma el turno de la ultimas pasadas, avanza rápidamente y nos asegura con  felicidad para darnos la noticia de que ya estamos en el filo cumbrero. Nos desencordamos y avanzamos entre acarreos hasta lo que seria la cumbre del Cerro Palo. Admiramos las otras montañas y sacamos fotos de los  que serán nuestros nuevos proyecto.  
                   Hora de bajar, los tres sabemos que todavía nos queda un largo camino a casa. Caminamos nuevamente entre el acarreo interminable hasta donde dejamos nuestro equipo. preparamos la primera linea de rapel y comenzamos a descender. Los rapeles marchan bien, mejor de lo que yo pensaba considerando la cantidad de piedras sueltas alrededor. Bueno, todo marcha bien. y tomamos la decisión de utilizar algunas lineas de rapel que bajan por paredes mas limpias de rocas, cosa que nos facilita el trabajo y lo hace mas seguro. Luego de unas horas (perdón por lo poco exacto) llegamos al portezuelo de regreso, contentos de haber salido de la pared pero cocientes de que todavía falta bastante. Comemos, nos hidratamos y encordamos para atravesar la pequeña sección glaciar que nos separa de tierra firme. Bueno y este es el minuto donde el control automático empieza a trabajar. Bajar, bajar, bajar, sendero, sendero y sendero y ya nos encontrámos en la camioneta. Y ahora? dormir? no!!!, tenemos que regresar por que mis dos amigos tienen que trabajar. Y así fue, manejar hasta la mitad del camino, dormir un rato y manejar de nuevo para finalmente culminar nuestro viaje.               





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