Como transformar un viaje de montaña en una triatlón Patagonica
(fotografias de Marcelo Mascareño)
El comienzo
La agitación de un nuevo viaje comienza, seleccionar cuidadosamente el equipo, pensar en cada detalle, en cada posible situación en la cual me encontrare. Así normalmente comienzan mis viajes antes de partir camino a realizar algún proyecto de montaña, pero esta vez fue distinto. Mi reloj suena a las 5 de la mañana, he dormido tan solo una pocas horas y en la siguiente hora debo armar mi mochila con todo lo necesario para mi siguiente viaje a la Patagonia. Salto de la cama y me apuro en comenzar a organizar mi equipo poco a poco, no tengo mucho tiempo así que ante la duda siempre llevar un poco de mas total ya tendré tiempo en Coyhaique para organizar las cosas un poco mas. Meto todo a presión dentro de mi bolso esperando que el peso no sobrepase el limite permitido. El transfer ya esta afuera esperándome así que no queda tiempo para detalles de ultimo minuto, tan solo subo a mi transporte esperando que por lo menos lo mas importante este conmigo.
Llego al aeropuerto, para variar un caos y además yo atrasado, me presento frente a la entrada de mi línea aérea y me dicen que no me puedo embarcar debido a que el mínimo es una hora antes del vuelo (llegue 50 min. antes de mi vuelo). Saquen ustedes mismos las conclusiones de que línea aérea es. Ni siquiera con ganas de discutir termino tomando el siguiente vuelo 2 horas mas tardes, eso además de tener que pagar la multa establecida. A estas alturas ya estoy resignado, uno tiene que saber cuando pelear y cuando tan solo dejarse fluir, en este caso me toca fluir. Tomo mi tiempo con calma, aprovecho de un café y un desayuno en el aeropuerto y ya es la hora de partir.
Abro los ojos y entre las nubes veo las montañas que tanto me hacen soñar, ya estamos por aterrizar en Balmaceda. Como siempre el proceso aquí es bastante simple, en un aeropuerto tan pequeño que hace que todo sea rápido. Tomo mis bolsos y ya en el transfer parto camino a Nols Patagonia en Coyhaique.
Una pequeña prueba
Siempre es bueno llegar a un lugar que se me hace familiar, saludo a los amigos de toda una vida y desarmo mi maleta para realmente dilucidar que es lo que deje en Santiago. Durante este proceso, un grupo de amigos aparecen con la invitación de ir al río Simpson, oferta que no pude evitar ya que me daba la posibilidad de probar mi nuevo Packraft Kokopelli. Ya sabiendo que había olvidado seria fácil a mi regreso del río conseguirlo con algunos amigos de Nols.
Llegamos al río, preparamos todos nuestros juguete y a remar se ha dicho. Jugando y practicando paso un buen momento que me permite relajarme de todo el apuro de la mañana. Agradezco la invitación al final del dia pero ya es momento de regresar para organizar mis cosas.
Haciendo las maletas
Ya de vuelta en Nols, comienzo a preparar mi equipo con todo lo necesario par el viaje, el plan es encontrar a Marcelo Mascareño (gran amigo y cordada de viajes ya por varios años) en Puerto Guadal, donde se encuentra participando de una feria de la Región para fomentar iniciativas sustentables en la Patagonia. El viaje sucede sin contratiempos, me bajo en el cruce de la carretera donde Marcelo me espera para volver a Guadal y conocer un poco mas de esta iniciativa. En el Camino nos ponemos al dia con todas las nuevas noticias que tenemos para compartir. La ultima de estas, es que en el lugar donde estamos planeando realizar nuestro viaje, hubo un aluvión que corto el camino y actualmente no se puede pasar. Conversamos de las distintas posibilidades y acordamos finalmente ir al sector y ver las condiciones in situ, por ahora es tiempo de conocer mas sobre esta feria y principalmente preguntar sobre la iniciativa y movilizaciones que pretenden para el desarrollo invasivo de las mineras en la cuenca del Lago General Carrera (a informarse mas sobre Patagonia sin Mineras). Compartimos con la gente y aprovechamos de las bellezas culturales de la región hasta que finalmente llega la hora de partir para analizar la situación y crear un plan de acción.
La nueva laguna
Manejamos hasta donde fue el rodado en el valle exploradores y nos encontramos con una increíble sorpresa, debido al aluvión, el flujo del río Norte fue interrumpido y actualmente se esta formando una Laguna que inunda parte del camino y no permite el paso, es difícil saber que es lo que ocurrirá en los siguientes días. Hacemos algunas filmaciones con Drone para documentar lo sucedido y aprovechamos de ver y entender mejor que es lo que ocurrió.
Volvemos a Puerto Tranquilo donde comenzamos a pensar y analizar las distintas opciones, luego de horas de conversación, pronósticos meteorológicos, imágenes satelitales y llamadas telefónicas decidimos continuar con nuestro plan, pero ahora un poco mas adaptado a las condiciones actuales de la situación.
El plan consiste en lo siguiente, manejar hasta donde es posible, desde ahí inflar nuestros Packrafts y cargarlos con nuestro equipo de montaña y bicicletas para continuar después del rodado. El plan suena un poco alocado sobre todo por las condiciones actuales, pero sabemos que lo podemos poner en practica así que esperanzados y contentos por una nueva aventura alistamos las cosas. Lo ultimo que nos falta, es conseguir las bicicletas, pero gracias a los amigos de El Puesto expediciones esto ya no es un problema. Mañana en la mañana pasaremos a buscarlas a su oficina y continuaremos el viaje hacia Exploradores. Luego de la cena, ya llega la hora de dormir y descansar para enfrentar los desafíos de mañana.
A rodar
Comienza un nuevo dia, y como siempre lo primero que se hace al despertar en la Patagonia es preparar unos buenos mates y conversar. Así que así lo hicimos, mate para luego proceder a un buen desayuno. Al mismo tiempo que tomábamos desayuno nos comunicábamos con diversas personas de la zona para ver si tenían mas información sobre el estado actual del rodado.
Empacamos las ultimas cosas, comida y equipo y salimos a las oficinas de El Puesto expediciones donde pasamos a buscar las bicicletas. Cargamos las ultimas cosas y partimos a la ruta del valle exploradores. Nuestro primer desafío fue un control policial ya que no estaban dejando pasar “turistas”. Explicamos con detalle lo que íbamos a realizar y tuvimos suerte de no tener inconvenientes para que nos dejaran continuar.
Seguimos nuestro camino hasta finalmente llegar hasta donde el camino terminaba en una laguna recién formada. Aquí nos encontramos con algunos amigos de puerto tranquilo, conversamos con ellos con respecto a la situación y como esto afectaba al turismo de la región. Luego de eso comenzamos a preparar todo nuestro equipo para partir. Acordamos con los amigos de Cafetería La Nutria que ellos se llevarían nuestro auto y lo guardarían hasta nuestro regreso. Ultimas fotos y videos antes de partir y al agua se ha dicho.
Al agua Pato
En el agua comencé a remar con un cierto temor, no teniendo mucha información del rodado y de la nueva laguna. El paisaje era un poco apocalíptico ya que tan solo se veían las copas de los árboles y mientras mas avanzaba se acercaba a mi la visión de este gran aluvión. Cuando finalmente llegue a el me pude percatar de la magnitud de la destrucción que había sucedido y de lo grave del asunto para las personas que viven del turismo en esta zona. Me reuní con Marcelo que venia unos pocos metros atrás mío... y nos desembarcamos en este lugar cubierto por toneladas de barro y roca que tan solo llego aquí hace unos días atrás.
Con agilidad armamos nuestras bicicletas y cruzamos al otro lado del rodado donde encontramos que el camino se encontraba en buenas condiciones. Nos tomo dos viajes cruzar con todo y luego de eso rearmamos nuestras mochilas y enrollamos los packraft. Ahora empezaba la sección de bicicleta. Unos 16 kilómetros nos separaban del “acceso” a la montaña. Nos tomamos las cosas con calma y disfrutando del paisaje. Afortunadamente el camino era principalmente en bajada lo cual nos ayudo.
Finalmente llegamos al lugar donde dejaríamos nuestras bicicletas y packrafts. Tomamos un merecido descanso y hablamos del plan. Si bien era tarde, decidimos continuar para cubrir lo mas posible y así simplificar nuestro movimiento de mañana. Encontramos un buen lugar para nuestro equipo y luego de eso comenzamos nuestra lucha cerro arriba entre los bosques tupidos de la Patagonia, la verdad es que esta sección es uno de los “crux” de la ruta ya que hay zonas bastantes verticales donde tienes que escalar tomando ramas y árboles para ganar elevación. Durante nuestro ascenso comenzó a llover, lo cual además hizo todo mas resbaladizo. Alrededor de las 8 salimos a una pequeña sección donde finalmente pudimos armar nuestra carpa. Mojados hasta los huesos, entramos a la carpa y comenzamos a secar nuestras cosas mientras cocinábamos. Desde nuestra carpa escuchábamos la lluvia pero también e lo lejos escuchábamos como caía material en los valles cercanos. El escenario no era muy alentador e intentamos hacerlo mas positivo con conversaciones e historias de montaña. Finalmente llego la hora de dormir, merecido descanso para preparar todo para mañana llegar a la base de la montaña.
Despertamos bajo la lluvia nuevamente pero nuestro pronostico era alentador, el dia de hoy debería mejorar durante la mañana e idealmente eso nos dejaba en una buena posición. Tomamos desayuno y aprovechamos de secar un poco nuestras cosas una vez que la lluvia paro, luego de eso empacamos nuevamente y a subir el cerro se ha dicho. Nos quedaba otra sección de bosque pero ya menos vertical y mas abierto. La navegación se hizo mas fácil y rápida y ya luego de unas horas pudimos ver las montañas a nuestro alrededor.
Ya en la nieve pensamos que todo seria mas fácil y el avance mas rápido, pero debido a las lluvias de los días pasados la verdad es que todo estaba muy blando y no nos quedo otra que caminar en nieve profunda evitando al máximo lesionarnos entre todos los hoyos que se generaban mientras caminábamos. Tomo bastante esfuerzo lograr nuestro siguiente campamento y la montaña nos recibió con fuertes vientos.
Rápidamente armamos nuestra pequeña carpa y nos refugiamos. Ordenamos las cosas y aprovechamos de hidratarnos y comer algo. Luego de un descanso conversamos sobre las distintas opciones, el tiempo se mantenía inestable pero se suponía que mañana seria un dia bueno y sin mucho viento. Tomamos la decisión de descansar y esperar hasta al próximo dia, ocupamos la tarde entre conversaciones de montaña, música y planear nuevas expediciones para el futuro. Luego de cenar nos fuimos a dormir.
Despertamos con el suave y doloroso sonido de nieve cayendo sobre nuestra carpa a la 6 de la mañana. La decisión nuevamente la tomaba Patagonia y esa historia la conocíamos bien con todos los años escalando en esta región. Decidimos esperar y seguir analizando las condiciones, para ver si las condiciones mejoraban, mientras tanto no quedaba otra que refugiarnos en el calor de nuestros sacos de dormir. Las horas pasan y no se ve ninguna mejoría, de la nieve pasamos al viento (por lo menos con un poco de sol). Las condiciones no eran favorables y mientras tomábamos desayuno nuevamente entrábamos en el juego de cual es la mejor decisión. Ir, no ir, esperar un dia mas (con el riesgo de que no llegara a mi trabajo) y vuelta a pensar de nuevo. Alrededor de la 12 del dia, decidimos guardar los sacos de dormir y tener todo mas organizado, en cualquiera de nuestras opciones moveríamos nuestro campamento hacia abajo al final de la jornada. Vamos? Nos preguntábamos mutuamente, y cada vez que creíamos que la respuesta era si asomábamos nuestra cabeza fuera de la carpa y veíamos con resignación como el viento y las nubes azotaban la cumbre.
Finalmente tomamos la decisión de bajar, al fin y al cabo ya existirá una nueva oportunidad para volver a la zona y concretar los proyectos. además de eso, ya el solo hecho de llegar ahí en las condiciones que llegamos ya era toda una aventura y nos dejaba satisfecho.
El regreso no estuvo exento de aventuras, nuevamente bajar el bosque, andar en bicicleta y cruzar el nuevo lago en nuestros packrafts. El premio a la perseverancia fue la recepción que nos dieron los amigos del Café La Nutria en el camino de exploradores donde pudimos disfrutar de unos ricos churrascos y unos fríos “bebestibles” para celebrar el fin de nuestro viaje.